Parábola del hombre que edificó sobre arena
XLIII 1. A todo el que me oye y cumple lo que digo, lo compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca.
2. Y cayó lluvia, y vinieron riadas, y vientos, y la casa no cedió, porque estaba cimentada sobre piedra.
3. Y al que me oye y no me cumple, lo compararé a un hombre necio, que edificó su casa sobre arena.
4. Y vinieron lluvias, y vientos, y riadas, y la casa cedió, con gran ruina.
5. Y cuando Jesús acabó de decir estas palabras, las gentes se admiraban de su doctrina.
6. Porque adoctrinaba al modo de quien tiene potestad, y no como los escribas y los fariseos.
Jesús da potestad a sus doce discípulos para expulsar demonios y para curar enfermedades
XLIV 1. Y muchas gentes enfermas vinieron a él.
2. Y convocó a sus doce discípulos y les dio potestad para lanzar demonios.
3. Y para curar toda enfermedad y toda dolencia.
4. Y los envió a predicar el reino de Dios y les dijo: No iréis por el camino de los gentiles.
5. Y no vayáis a ciudad de samaritanos, sino recoged las ovejas descarriadas del pueblo de Israel.
6. Predicad y decid: El reino de los cielos se aproxima.
7. Curad enfermos, purificad leprosos, resucitad muertos, echad demonios.
8. Y pues de gracia recibís el don, dadlo de gracia.
9. No recojáis oro ni otro metal en vuestras bolsas.
10. Ni llevéis alforjas, ni dos túnicas, ni bordón.
11. Porque el que trabaja merece su alimento.
12. En cualquier ciudad o aldea en que entraseis, averiguad quién hay digno en ella, y permaneced en su casa.
13. Curad los enfermos que haya allí.
14. Y entrando, saludad, diciendo: Paz sea con vosotros.
15. Y si los de la casa fuesen dignos, vuestra paz será con ellos.
16. Mas si no fuesen dignos, la paz volverá a vosotros.
17. Y donde no os recibiesen, ni oyesen vuestras palabras, salid de allí.
18. Y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio.
19. Porque os digo en verdad que el día del juicio el castigo será más pesado para ellos que para los de Sodoma y Gomorra.
20. He aquí que os envío como a ovejas entre lobos.
21. Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
22. Precaveos de los hombres, porque os juzgarán en sus consejos y os azotarán en sus sinagogas.
23. Y aun os llevarán los gentiles ante reyes como testimonio, por mi causa.
24. Mas cuando os lleven a las sinagogas y ante magistrados y autoridades, no os angustiéis por lo que habéis de decir.
25. Porque en aquel momento os será comunicado lo que debéis hablar.
26. Y no hablaréis vosotros, sino el Espíritu de vuestro Padre, que estará en vosotros.
27. Y el hermano entregará al hermano a la muerte, y el padre al hijo.
28. Y los hijos es rebelarán contra los padres y los harán morir.
29. Y todos os odiarán por causa mia.
30. Mas quien persevere hasta el fin será salvado.
31. Y cuando os persiguiera en aquesta ciudad, huid a estotra.
32. Porque os digo en verdad que no acabaréis todas las ciudades de Israel, que no venga el Hijo del hombre.
33. El discípulo no es más que su maestro, ni más el siervo que su señor.
34. Basta al discípulo imitar a su maestro y al siervo imitar a su señor.
35. Si al padre de la familia llamaron Belcebú, ¿cómo no han de llamar a los de su casa?
36. No los temáis, pues. Porque nada hay oculto que no haya de ser rebelado.
37. Lo que os digo en tinieblas, decidlo en plena luz, y lo que oís al oído predicadlo desde las azoteas.
38. Porque yo os digo, amigos míos: No temáis a quienes matan los cuerpos.
39. Porque no pueden matar las almas.
40. Mas temed a quien puede perder las almas y los cuerpos en la gehenna.
41. Dos pájaros pueden venderse por un cuarto. Y sin embargo, ni uno cae a tierra sin la voluntad de vuestro Padre.
42. Porque hasta vuestros cabellos están contados. No temáis, pues, porque más valéis vosotros que los pájaros.
43. A todo el que se me confiese ante los hombres, yo lo confesaré ante mi Padre, que está en los cielos, y ante sus ángeles.
44. Y al que me negare ante los hombres, en esta generación adúltera y pecadora.
45. Yo lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos y ante sus ángeles.
46. Y el Hijo del hombre lo confundirá, cuando venga en la gloria de su Padre con sus ángeles.
47. Porque no he venido a poner paz en la tierra, sino espada.
48. Y dividiré los hombres y las casas.
49. He venido a hacer a los hombres enemigos de sus padres, y a las hijas enemigas de sus madres.
50. Y a las nueras de sus suegras, y a los hombres de sus casas.
51. Quien ama a sus padres más que a mí no es digno de mí.
52. Y quien no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí, ni puede ser mi discípulo.
53. Quien ganare su vkja la perderá, y quien la perdiese por mi causa la recuperara.
54. Quien a vosotros os recibe a mí me recibe.
55. Y quien me recibe recibe al que me envió.
56. El que recibe profeta en nombre de profeta la gracia de profeta recibirá.
57. Y el que recibe justo en nombre de justo gracia de justo obtendrá.
58. Y quienquiera que a uno de estos minúsculos diese un solo vaso de agua fría os digo que no dejará de ser recompensado.
59. Y cuando Jesús hubo adoctrinado así a sus discípulos, se fue a predicar y a enseñar en las ciudades.
60. Y sus discípulos predicaban, y obraban penitencias, y expulsaban demonios, y ungían, y sanaban.
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